jueves, 11 de noviembre de 2010

Solariego




Hubiere querido llegar al primer crepúsculo;
pero Héspero se apoderó de mi sentido.

Excelso romperé furioso el látigo que sub-yace
con un golpe arduo e indescifrable
y caminando oblicuo sobre tu cuerpo
derribaré el arrecife del incorruptible carmesí
para que nazcan los gorgoteos,
fulgor de dioses que se agolpan.