jueves, 11 de noviembre de 2010

Solariego




Hubiere querido llegar al primer crepúsculo;
pero Héspero se apoderó de mi sentido.

Excelso romperé furioso el látigo que sub-yace
con un golpe arduo e indescifrable
y caminando oblicuo sobre tu cuerpo
derribaré el arrecife del incorruptible carmesí
para que nazcan los gorgoteos,
fulgor de dioses que se agolpan.

domingo, 22 de agosto de 2010

Confesión

 
 
 Por el principio dicen:
La no presencia tuya en mi corazón
era la agonía del alma,
la ceguera de los que ven,
el abismo interminable de mi ser
y la presencia de un estar mal,
muy mal;
como si el agua dejara de ser agua
para dejar morir al pez,
como si los padres olvidaran a sus hijos,
olvidando el futuro,
a ellos mismos sin más.
Pero una ráfaga deszozobrante
provocó un fuego inextinguible, cordial;
eras tú.
Y el clamor despertó,
y ahora juntos hacemos al mundo
más lento o más rápido,
como los niños al jugar.
Y cuando hacemos el amor:
Todo deja de avanzar,
es tan sublime la fusión de nuestros cuerpos,
esa expresión de nuestras almas enlazadas
que es tan difícil de describir,
pero tan hermoso de vivir,
que ahora que yaces de frente
debo decir te amo y nada más.

Intemperancia



La geometría no imprevista:
no existe parámetro...

Y las palabras saborean migajas.
Pronunciación que de tu boca
es un cauce.
 No desemboca.
Permiteme estar,
siendo causa y presencia.

Un latir contiguo de mi ser.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Exacta



Un tic tac de frenesí,
un murmullo interior.

 

Distingo la sublime presencia,
la bondad y el filtro de su voz.

 

 Solemos ser y estar.

 

Simpleza eixiste alrededor.


 

...



... Ya las horas son un marchitar cada vez más prolongado,
y cuesta respirar bajo la maraña de ocasos ennegrecidos...

Una que otra neurona pasa por la mente haciendo morisquetas,
y es inútil buscar algo que no se encuentra en la bandada.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Que al despuntar la aurora





Que al despuntar la aurora, la piel busque otra piel; así como una pierna busca a la otra.
Que el clamor de las urbes no nos detenga, y seamos como un fulgor de dioses que se agolpan. Y que en el transitar de las nubes, se reconozcan las aves; y  seamos un nido.
Y cuando la noche se imponga: que los cuerpos zozobren, para que esto no se acabe nunca, jamás.

Atisbo






Para mi evasión,
una bandada de pájaros.
Divagar en astros,
creer que no he de caer.
Pocas piezas
e infinitas omitidas.
La roca cae.
 Morder la cola con ella.
Aquí,
enfermo en el abismo.


Conurbación de los ausentes



 Establecer las coordenadas exactas es mi trabajo de consumación.
Trazo el plan, pero se modifica una y otra vez.
Me  rehúso al abismo, condición del vacío,
Pero el viento azota con golpes de rendición;
 Y hay cruz y torre, distancia y lamento.
Y el ocaso es un caso de locura para estos ojos infinitos.

Quiero expresarme en esta espera,
Seguro de que nuestras órbitas conforman un nuevo sistema
   A
                                                                     L
                                                                  I
                                                                N
                                                              E
                                                              A
                                                                C
                                                                  I
                                                                     O
   N
 Camino por la mirada y te encuentro, allí, donde me pierdo...

Cae el telón
Y luces nocturnas me recurren.
La femenina reminiscencia me abraza.
Y al rescate de la zozobra
  Se conurban los ausentes.